A un costado del acceso a la cárcel El Manzano, la tarde tiene una pena y el aire es más seco. En las afueras de Concepción no transita mucha gente. Se escuchan tan sólo vehículos, y los carabineros que conversan en la acera. Tres llamativos lienzos se distinguen del monótono paisaje. No muestran publicidad ni propaganda, sino que expresan el deseo de una etnia.
Tras ellos, se encuentra Natividad junto con otros familiares y simpatizantes de los mapuche prisioneros. En su mayoría mujeres, los presentes en el pequeño campamento son silenciosos. El saludo común con ellos se convierte en un intercambio de sonrisas leves.
-Pasa, ahí está-, indica una joven mapuche., cuando preguntamos por Natividad.
DECISIÓN DE SER VOCERA
-Tengo frío, vamos a conversar al sol-, nos dice la joven, que hace más de 60 días está a cargo de las comunicaciones de los cinco prisioneros mapuche en el recinto penitenciario regional. Natividad, orgullosa de llevar la sangre de sus antepasados, se convirtió en su vocera de los a partir de la petición de ellos mismos.
-Tengo frío, vamos a conversar al sol-, nos dice la joven, que hace más de 60 días está a cargo de las comunicaciones de los cinco prisioneros mapuche en el recinto penitenciario regional. Natividad, orgullosa de llevar la sangre de sus antepasados, se convirtió en su vocera de los a partir de la petición de ellos mismos.
“No podía decir que no, porque es una cuestión de conciencia, ya que ellos para elegir un representante, analizan quién lo puede hacer mejor”, cuenta con serenidad. Y de inmediato reconoce que jamás pensó que la huelga sería tan larga. Natividad, que estudiaba y trabajaba en Santiago, dedica ahora su tiempo completo a la vocería de los presos mapuche.
Es un compromiso que, reitera, no podía desechar y piensa que nadie en su lugar lo podría haber hecho. Es cumplir con la palabra independiente de las otras cosas, que se pueden retomar después. “Esto es por defender los ideales de ellos, que yo también comparto, porque son demandas justas”, dice con convicción.
PERTENECER A LAS RAÍCES
“Puedo ser abogada, puedo ser doctora, puedo ser profesora, la profesión que sea, pero antes de, está el ser mapuche”, afirma Natividad. Personalmente, afirma no haber sido víctima de discriminación. No obstante, en su vida ha visto mucha gente que discrimina. “Tuve la ventaja, a lo mejor, de no tener rasgos tan definidos como otras personas. Quizás eso me ha favorecido de alguna manera”, comenta buscando una explicación.
Siente, eso sí, que claramente hay una discriminación, no tanto personal, pero sí al mapuche como cultura. “Los puedes ver todos simpáticos, pero cuando oyen “mapuche”, retroceden y se les nota en las caras”. Ante todo eso, asegura que están concientes, y que eso no subyuga el orgullo que sienten por lo que son.
EL WINKA
En su diario vivir, percibe a la sociedad sin cambios significativos. Es enfática al admitir que la discriminación, por ejemplo, sigue siendo la misma. Deja en evidencia que desde los mapuche, hoy la vida se vive distinta. “Antes no nos defendíamos. Nos pisoteaban y nosotros no hacíamos nada. Hoy somos nosotros los que nos levantamos y decimos ¡no!”.
No hay discriminación de parte del mapuche hacia los chilenos, no es parte de su forma de ser, explica Natividad, pues cada uno debería respetar al otro, tal cual es. “Tú tienes tu forma de ser, yo la mía, podemos ser amigos respetándonos”. Eso es lo que no existe en la mayoría de los chilenos, ya que no han sido capaces de respetar al mapuche en sí, agrega.
CERCO COMUNICACIONAL
Si hay algo o alguien que Natividad considera propiciadora del aislamiento social en el que están los prisioneros mapuche, es la prensa. Según su opinión, lo único que han hecho durante todo este tiempo es enfocarse en criminalizar al mapuche, y en general, a todas las protestas sociales. “No les importa la demanda de fondo, lo que les importa es el desorden que quedó en tal y tal lugar. Y eso es lo que sacan”, critica.
“Por ejemplo, si en la marcha pasada hubiera habido enfrentamientos con carabineros, no les hubiera importado que los hermanos llevaran más de dos meses en huelga hambre, ni cuál es el objetivo de esta huelga. Lo único que hubiese aparecido en la prensa son “mapuches se enfrentan a carabineros”, o “mapuches le tiraron piedras”, o lo que tú te imagines. De esa manera nos han enfocado los grandes medios de comunicación”.
Y por eso es que durante todo este tiempo se ha llamado a movilización pacífica. “Tampoco queremos más presos, pero va a llegar un momento en que no podremos controlarlos. En estos dos meses ellos están muy mal, el deterioro es bastante. No tan solo físico, sino que también mental”.
LEGISLACIÓN JUSTA
Natividad Llanquileo considera que lo que se solicita es algo que corresponde. Como medida de presión, sostiene que les ayuda bastante al apoyo de la ciudadanía. “Se les agradece un montón porque para nosotros es muy importante cada persona que se pueda convencer de esto”. Detrás de todo eso, reflexiona, hay un asunto cultural e histórico, por tanto la sociedad debería respaldarlos. “La mayoría de los países tiene pueblos originarios reconocidos, y se le respeta a cada uno su forma de ser. Chile no tendría por qué ser la excepción”, declara férreamente.
Sus reflexiones apuntan también a que no se busca una modificación o una ley especial sólo para los mapuche. “La ley que se pretende mejorar es para todos los chilenos, por lo tanto todos deberían tener una intervención en esto”.
Si bien aquello es importante, sostiene además, que están pidiendo eso específicamente, sino que no se les aplique la Lay Antiterrorista, pues la consideran injusta. “Está la Ley Indígena, está el convenio 169 de la OIT, antecedentes que al Estado de Chile le dan lo mismo. Firman tratados y convenios, pero su legislación nacional no concuerda con eso”.
El error en la legislación, según la joven, viene desde hace tiempo. “Ningún gobierno ha sido capaz de solucionar el asunto de fondo que son los pueblos originarios, ninguno ha tenido la capacidad”.
Natividad cree que esto ya no es un problema solamente mapuche, porque muchas personas se están dando cuenta de que lo que se solicita es algo justo. “Hay personas que saben, que han estudiado en países más desarrollados, de los cuales hemos obtenido mucho apoyo. Ellos se han dedicado a profundizar en el tema y averiguar, no a criminalizar.”
En ese sentido, la vocera afirma que en la educación, el respeto por los pueblos originarios debería ser crucial para formar una sociedad distinta. “¿no dicen que están en vías de desarrollo? Deberíamos darles una buena educación a los niños, y decirles que ésta es su historia. Comencemos enseñándoles bien”.
“Matías Catrileo decía que nosotros no somos los indígenas de Chile, sino que somos los mapuche, un pueblo distinto a todos. Nunca hemos pedido que nos traten igual que los chilenos, no somos iguales”, manifiesta con enérgico espíritu esta joven heredera de Guacolda.
(Gonzalo Manquepillan O. - Fuente: Observatorio Ciudadano)
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