Terminó en la noche del jueves al viernes la huelga de hambre que mantenían desde el 15 de marzo los comuneros mapuche Jonathan Huillical, José Huenuche, Ramón Llanquileo y Héctor Llaitul.
La promesa de crear una comisión para velar los derechos de este pueblo originario y la amenaza de alimentación forzada jugaron un papel importante en este desenlace. Pero anunciaron que la lucha continúa.
A 87 días de iniciado, el ayuno se acabó el jueves 9 por la noche, con el acuerdo logrado por la mesa de trabajo constituida por organizaciones de Derechos Humanos, la Iglesia Católica y las comunidades.
Según declaró Natividad Llanquileo, la decisión “responde al acuerdo de crear una Comisión por la Defensa de los Derechos del Pueblo Mapuche, además del riesgo de una inminente alimentación forzada a la que se habrían visto sometidos”. Cabe recordar que el miércoles Huillical, Huenuche, Llanquileo y Llaitul habían sido trasladados a distintos centros hospitalarios, separándolos, supuestamente con el fin de alimentarles con el uso de fuerza.
Según declaró Natividad Llanquileo, la decisión “responde al acuerdo de crear una Comisión por la Defensa de los Derechos del Pueblo Mapuche, además del riesgo de una inminente alimentación forzada a la que se habrían visto sometidos”. Cabe recordar que el miércoles Huillical, Huenuche, Llanquileo y Llaitul habían sido trasladados a distintos centros hospitalarios, separándolos, supuestamente con el fin de alimentarles con el uso de fuerza.
Los familiares de los presos políticos mapuches pidieron a las autoridades que les permitan estar juntos en el Hospital de Victoria hasta que mejore su estado de salud.
Según el último informe médico del doctor Juan Carlos Reinado Marilao del 6 de junio, los comuneros padecieron una baja de peso de entre 20 y 26 kilogramos, y sufrieron un compromiso orgánico y una desnutrición severa que les puso en riesgo vital. Llaitul sufrió incluso una descompensación en el Hospital de Victoria el 9 de junio.
FIN DE LA HUELGA DE HAMBRE, CONTINUIDAD DE LA LUCHA
Aunque la huelga de hambre terminó, no cedieron los mapuches. Los comuneros aseguran que los acuerdos alcanzados en la mesa de negociación formada el jueves y presidida por arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomalí, garantizan el seguimiento de la lucha por los derechos de la nación Mapuche.
Entre otras garantías, la creación de una comisión permanente por la defensa de los derechos de este pueblo originario, integrada por la presidente del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) Lorena Fries, por el representante del Alto Comisionado de Asuntos Indígenas de Naciones Unidas (ONU) sobre estas materias, Amérigo Incalcaterra; por Chomalí; y por el arzobispo de la pastoral mapuche, Fernando Díaz. Por parte del pueblo Mapuche participarán Millaray Garrido -esposa de José Huenuche-, Natividad Llanquileo y Pamela Pezoa, esposa de Héctor Llaitul.
Fries afirmó que esta comisión pretende “respetar y dar garantías a los derechos individuales y colectivos” de las comunidades y trabajar para la reforma de la ley antiterrorista (LAT) para que esta se acoja a estándares internacionales”.
LA LUCHA DE UN PUEBLO Hasta que la Ley Antiterrorista siga siendo aplicada, y las comunidades mapueche sigan siendo atropelladas, la lucha continúa. Los cuatro comuneros iniciaron el ayuno el pasado 15 de marzo, en demanda de un “juicio justo”, sosteniendo que los mecanismos de la LAT, que permitieron sus condenas, limitaron sus posibilidades de defensa.
La Corte Suprema emitió, el 3 de junio, un veredicto al recurso de nulidad presentado por las defensa de los presos políticos, en contra de la sentencia de Cañete.
El máximo tribunal redujo las penas de los cuatro condenados, emitiendo una sentencia de remplazo. Deberán cumplir en total entre 8 años y un día de cárcel y 14 años y un día por el ataque al fiscal y el asalto con intimidación al terrateniente, José Santos Jorquera.
Pamela Pessoa, esposa de Llaitul, afirmó que el objetivo del ayuno que se prolongó tras esta rebaja de pena no fue para “obtener un indulto, ni un beneficio carcelario específico para ellos cuatro, sino para darle continuidad a esta lucha”, para el fin de la aplicación de la LAT y para tener un juicio justo.
Familiares de los presos políticos mapuches y participantes en las negociaciones expresaron en un comunicado público su empeño en el seguimiento de la lucha: “En el contexto de las distintas huelgas de hambre de los presos políticos mapuches, como una expresión del problema de fondo, es que venimos a asumir un compromiso real y permanente para el cumplimiento de dichas obligaciones, a la cual esperamos se sumen otros actores. Asumimos este compromiso entendiendo que es un deber de todos hacer valer dichos derechos y denunciar toda vez que estos sean vulnerados, en forma activa y coordinada.”
(Gonzalo Manquepillan O. - Prensa)
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